Para soldar materiales gruesos y pesados o con diseños complicados de uniones, usamos un electrodo de ductilidad máxima. Si el ambiente tiene baja o alta temperatura o incluso olas de choque, usamos un electrodo de bajo hidrógeno.

Para trabajos con chapas finas de 1, 1.5 o 2 mm de grosor o como por ejemplo depósitos de vino usamos electrodos de 1.5 mm o 2.mm regulando el equipo entre 35 y 50 amperios. Es un trabajo muy delicado, por el hecho que, si hay un exceso de amperios, se perfora la chapa. Por la unión de caños redondos o rectangulares de 1.2 1.6 o 2 mm. usamos electrodos de 1.5, 2 mm o 2.5 mm regulando la máquina entre 40 y 65 amperios.

Para soldar una chapa sin que se deforme es necesario soldar con tramos cortos y sobre todo no hacerlos gruesos para no aplicar exceso de calor. También hay que ajustar la intensidad de la corriente siempre a la baja. El exceso de calor produce deformaciones en la chapa en la soldadura.

La soldadura semiautomática es uno de los tipos de soldadura con gas protector y por arco con electrodo, que trabaja con gases inertes o nobles, puesto que evitan la oxidación y la hidrólisis con las chapas con las cuales trabajamos. Cuando hablamos de soldadura semiautomática, nos referimos a MIG/MAG, de hilo continuo o por arco eléctrico. Esta técnica usa argón como gas principal, en combinación con dióxido de carbono. La MIG/MAG trabaja con un electrodo consumible durante el proceso formado por un hilo continuo, asegurando la protección de la pieza. Este tipo de soldadura con gases inertes y activos se creó principalmente, para la fusión de metales no ferrosos.